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Igualito al de juguete!

“Pero si es igualito al que tengo en escala 1/43 fabricado por Solido!”, exclamé, y entre cafés y masitas secas, Pedro comenzó a contarme la historia de semejante belleza dormida.

Posiblemente, el perspicaz Di Guardo había observado cómo estaban brillando mis ojos y la pregunta “Lo tienes a la venta?” era inevitable.

Recuerdo que llegue a mi casa con el Alfa entre mis ojos y sin titubear llame a Danny Sielecki, experto “Alfisti” como pocos en el mundo, para que me contara un poco más de la “2600’.

El “lavado de cerebro” ya era un hecho y esa misma tarde, las llaves del auto estaban en mi poder, con el 2600 durmiendo en casa junto con todos los papeles originales de la historia del Alfa, que el precavido Di Guardo atesoraba.

Ya entrada la noche y con toda mi familia cerca del quinto sueño, me levanté de la cama y comencé a revisar en detalle toda la rica documentación de la cual me había hecho acreedor.

Descubrí que el primer propietario del Alfa, una vez nacionalizado, fue nada menos que uno de sus pilotos, Juan Carlos “Tito” Quevedo...

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